La tradición hebrea tampoco es ajena a creencias similares. En este caso se trató de Lilith (la primera mujer de Adán según algunos escritos rabínicos), quien fue condenada por Yahvé a convertirse en un demonio volador que se alimentaba de sangre. Curiosamente, esta creencia parece tener su origen en la antigua Babilonia, donde existían historias sobre Lilitu, un demonio femenino que robaba los bebés a sus madres y bebía su sangre para alimentarse.
Pero no sólo el mundo mesopotámico y el grecolatico poseyeron creencias relativas a estos primitivos vampiros. Así, algunos autores han destacado la existencia en la India de la creencia en unos seres llamados (velatas), criaturas sobrenaturales capaces de animar a los cuerpos de los difuntos, y que tenían características simlares a lasde los vampiros. La propia diosa (kali), célebre por su personalidad sangrienta, sería también un posible antecedente de los posteriores seres de afilados colmillos.
Pese a lo que suele pensarse habitualmente, el mito del vampiro no supone un ente ficticio, únicamente presente en las páginas surgidas de la imginación de atormentados escritores románticos de los siglos XVIII y XIX. Por el contrario, se trata de una figura del mundo sobrenatural qe ha estado presente en el folklore de distintas culturas desde la más remota antiguedad. Sin embargo, la tarea de determinar el origen primigenio de esta creencia es harto dificil -si no imposible-, pues se trata de una tradición que fue evolucionando y transformándose desde unas caracteristicas iniciales que en poco se parecen a las que acabaría teniendo siglos después./fdata%2F2381190%2Favatar-blog-1069754335-tmpphpJv907R.jpeg){kind=avatar}
